Poniendo la antena

    

   Tengo algo más de 90 alumnos este año y puedo decir que mi rádar, aunque esté medio escacharrado ya  se ha puesto a funcionar. Eso no es garantía de nada porque mi historial en este sentido dice muy poco en mi favor. Reconocí como bollo a mi churri en su día pero fue lo único que capté y mucho después supe que me estaba perdiendo la mitad (afortunadamente, por otro lado).        

      Después tuve un par de años en el dique seco en lo que a alumnas entendidas se refiere y el año pasado creí captar a una que resultó tener novio. Lo sé porque se encargó de repetírmelo una y otra vez en sus redacciones y monólogos , cosa que por otro lado podría resultar digna de análisis en manos de un buen psicolog@.

     Pues bien, parece que este año mi antena ha captado dos posibles lesbianillas entre mis pupils. Una es profe de educación física así que no hacen falta muchos más datos , la otra me despista según el día... Habrá que esperar...

    En cualquier caso, soy muy socióloga a la par que observatriz en ese sentido y me gusta estudiar a mis chic@s. Tengo la fabulosa suerte de trabajar con alumnos de 16 a no limit años y eso enriquece las clases de una manera especial. No sólo por la edad, también por el origen, religión, condición sexual, ideas políticas, incluso condición física. Tener 30 alumnos en clase no es la situación ideal para aprender un idioma pero quizá sí para aprender de la vida. Por eso cada día, doy las gracias por poder disfrutar de ello un curso más.